LOS TRABAJOS MAS RAROS DEL MUNDO

Hace años que el periódico El Faro de Vigo publicaba una relación de los oficios más raros que existían. A fecha de hoy, salvo el de limpiador de chicles de la casa real británica, que salió a oferta allá por el 2019, no se han superado aún las rarezas de los trabajos más extraños que existen en el mundo.

Tenemos, por ejemplo, el de catador de patatas fritas para comprobar que están crujientes y bien hechas. También existe un puesto de trabajo en la India, concretamente en el hotel Rambagh Palace de Jaipur, que se denomina ondeador de banderas; porque es así exactamente lo que hacen: se colocan junto a los clientes del hotel para agitar banderas con el fin de que los pájaros que acuden a beber agua de sus fuentes no les molesten.

Un trabajo que sería la delicia de muchos, es la de catador de golosinas y helados. Además, proponen nuevos sabores, formas y colores que son tenidos en cuenta. Si lo pensamos, es práctico este oficio ante la gran competencia del sector.

Hay un oficio denominado paseador de patos. Y existe. En el hotel Peabody de Memphis, el señor Edward Pembrok, se dedicó a sacar a pasear por el jardín hasta la fuente para que bebiesen agua dos veces al día, una manada de patos a los que cuidó durante los 50 años que ocupó el puesto.

No podemos dejar de mencionar el puesto de tirador de dados. Se trata de comprobar, antes de usarlos públicamente en los casinos de Las Vegas, que los dados son completamente fiables, y para ello se lanzan varias veces para averiguarlo.

En Florida existe un puesto de trabajo dedicado a recoger pelotas de golf bajo el agua. Allí, donde se juega en la costa, cada año son lanzados al mar miles de pelotas, que además de contaminar, suponen un importante gasto para la empresa.

Testar olores es otro de los oficios raros que existen. No muy agradable es pensar que tienes que oler muchos sobacos para comprobar su efectividad, pero hay que tener en cuenta que se suelen pagan más de 30.000 dólares al año por ejercer este singular trabajo.

Pero si hay alguien que se divierte mucho en su puesto de trabajo es Tommy Lynch, ya que su labor consiste en recorrer el mundo probando los parques acuáticos para probar los toboganes y comprobar su velocidad, altura, aterrizaje y nivel de diversión.

Otro oficio que resulta interesante es el de afilador de lápices. Así se comprueba que la mina no se parte al sacarle punta al lapicero, que es resistente y duradero. Quién diría que no a esta labor, sabiendo que se cobran hasta 35 dólares por lápiz.

Y ya, para dejar esta locura de trabajos, pero no tan pesados como los que normalmente conocemos, tenemos el de probar camas de lujo. El titular del puesto de trabajo debe desplazarse hasta las tiendas de camas de distintas ciudades (suele hacerse en Estados Unidos) y dormir durante unas horas sobre ellas. Luego lo plasmará todo en un blog al que tienen accesos los posibles compradores de este mueble.